lunes, 10 de enero de 2011

miedo a lo ¿des-conocido?

Comenzar un psicoanálisis, he aquí una propuesta que aquellos que se encuentren en este momento leyendo esta entrada o ya se habrán hecho, o se estarán cuestionando si es adecuada para sí mismos.

De esta experiencia sin par se podrán escuchar las más diversas opiniones. Cada quien tendrá la suya. Unas, las basadas en su paso por el diván (si es que lo hubo), más fiables que otras, aquellas que se sustentan en el desconocimiento.

Opinar sobre lo desconocido se legitima cuando el desconocimiento es acerca de uno mismo. Y es que un análisis, si lo es, lo es de uno mismo. De modo que quien alguna vez se planteó comenzar un análisis, algo de esta particular experiencia ya vivió. Nada que ver con el análisis ya comenzado, pero sin duda parte inherente a él.

En ese momento preliminar, lo desconocido se extiende incluso más allá del propio desconocimiento. No se es consciente aún de que algo desconocido nos habita. Algo nos incordia, nos genera conflicto, nos hace entrar en crisis, y, finalmente, nos hace interrogarnos. Ese cuestionamiento, esa pregunta, es la que permitiría la entrada en análisis. Una pregunta que apunta ya directamente a un desconocimiento acerca de uno mismo. Se tiene conocimiento de que hay algo que, sin dejar de ser nuestro, nos es desconocido. Una sensación inquietante que bien merece ser interrogada.

Como aliciente ante tal tarea, bastante desazonadora en principio (y no sólo en principio), diré que más que desconocimiento lo que hay es des-conocimiento. Negación de un conocimiento del que sí se está en poder.

Así que, ¿por qué dejar sin respuesta algo para lo que estamos capacitados a responder? No temamos, no hay peor miedo que el que se tiene a uno mismo. O a saber...

No hay comentarios:

Publicar un comentario