La hemorragia es precisamente lo que se corta. La detiene y la revela, al menos nos hace saber algo de ella.
Interpreta una pausa en el tejido del discurso y confecciona una prenda echa a medida.
En las escuelas, cuando yo era niño, las chicas podían estudiar corte y confección. Y las que lo hacían, qué curioso, era con las que más a gusto se podía hablar.