jueves, 9 de abril de 2015

Secreto de estado

Qué hace del encuentro con alguien a quien nunca se había visto, con el que nunca se había hablado, del que poco o nada se sabe, una oportunidad para hablar de lo que supuestamente se sabe, de lo que se duda que pueda llegar a significar algo…, qué le da 'sentido' a hablar de lo más íntimo y extraño a uno mismo con un extraño con el que se intima más allá de uno mismo…
Y si además, eso sucede 'a las primeras de cambio', todavía resulta más inverosímil que eso suceda.
Qué hace que se de valor a lo que se dice y que permite que por eso que se dice se pague un precio…
Qué es lo que hace el o la analista que permite que alguien a quien no conoce, se abra para él o para ella.
No otra cosa que hacer ese discurso deseable

lunes, 16 de marzo de 2015

Mutatis mutandis

Escribo esta breve entrada a la vista de unos cuántos años que han pasado desde la última publicación. Años de práctica, de lectura, de enseñanza, de experiencia y de cuestionamiento, que han terminado por sacar el pero de la jugada, psicoanálisis de entre los interrogantes y por cuestionar principalmente el ¡por supuesto! 

Cabría mantener el pero únicamente si sirve para interrogar el por supuesto, del siguiente modo: Psicoanálisis, pero…, ¿por supuesto?. La interrogación habría pasado del primer término, psicoanálisis, al último, por supuesto, que cambia de signo.  Del ánimo de espantar el juicio fruto del desconocimiento al cuestionamiento de los postulados de siempre. La atención al igual que la interrogación pasa a lo consabido. 

Los desfiladeros del significante por los que el sujeto habrá de pasar no son presumibles y sin embargo se practica como si lo fueran. La escucha gobierna, la interpretación construye y el sujeto pasa, pero si es sobre la escucha que hay gobierno, la interpretación se da ya construida y el sujeto, en lugar de pasar, acaba por identificarse al analista. Ahí se queda (de aquí soy).

Dar por supuesto lo que se escucha no es una escucha analítica. Lo analítico se pierde en el empeño por hacer pasar lo dicho por donde se lo espera. Por lo tanto, no hay análisis de lo previsible. 


La oportunidad de que el psicoanálisis siga teniendo lugar pasa por que se escuche lo que está pasando o por pasar y, se abandone la posición de esperar lo que se presume se va a terminar escuchando. De eso de-pende el sujeto supuesto (por) saber.